Por Anastassia Espinel Souares*
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La autora de esta columna
habla del poeta Antonio Acevedo, autor igual-
mente de este libro l |
Unos lo creen ser hijo del Erebo, el dios primordial, la
personificación de la oscuridad primitiva, y de Nix, la diosa de la noche,
quien puso un huevo, lo empolló con sus negras alas e hizo nacer a Eros. Al
romper el cascarrón, el joven dios de una vez desplegó sus alas doradas y se
remontó sobre el naciente mundo. Otros afirman que era el fruto de
amores clandestinos de Venus y de Marte, del Amor y de la Guerra. Siendo Eros
todavía un bebé indefenso, Júpiter, el padre de los dioses, de una vez
descubrió en su fisionomía todas aquellas desgracias que iba a causar en el
futuro y le ordenó a Venus que se deshiciera de él. Leer más
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