Un sísmo de siete grados de magnitud en la escala de Richter sacudió a última hora del martes el oeste de Haití, el país más pobre de América, provocando la muerte a cientos de personas y el derrumbe de centenares de edificios.
La ciudad más afectada ha sido la capital, Puerto Príncipe. Según el embajador haitiano en Estados Unidos, las consecuencias del terremoto son "potencialmente catastróficas" y aún horas después de la catástrofe siguen sin conocerse cifras oficiales de muertos y heridos, aunque el representante diplomático reconoció que el balance final "puede ser alto".
Según el Gobierno francés, habría al menos 200 desparecidos en un hotel de la capital haitiana. Los testimonios llegados desde el lugar dibujan un panorama desolador: "La ciudad está a oscuras y miles de personas vagan por sus calles sin saber dónde ir", cuenta Rachmani Domersant, portavoz de una organización de la caridad de Puerto Príncipe.
"La tierra tembló y los coches desaparecieron", ha declarado Marleine, representante de la Asociación de Mujeres Haitianas de Miami. Según la CNN, el palacio presidencial ha quedado parcialmente derrumbado, aunque fuentes diplomáticas consultadas por la agencia Efe han confirmado que tanto el presidente del país, Rene Preval, como la primera dama, Elisabeth Debrosse Delatour, se encuentran a salvo. El edificio de la sede de la ONU ha quedado totalmente destrozado, según ha confirmado un portavoz de la institución desde su sede neoyorquina, y numerosos empleados de Naciones Unidas han sido dados como "desaparecidos" tras el derrumbe.
Los hospitales están colapsados y hay víctimas que no localizan a sus familiares porque las redes telefónicas están colapsadas. El temblor se sintió con fuerza en casi todo el territorio de República Dominicana y en el oriente de Cuba, aunque se desconoce todavía si produjo daños, salvo cortes temporales del fluido eléctrico.
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