Aunque algunos consideran que el
gobierno debería responder con generosidad, para el presidente colombiano se
trata de un gesto importante pero insuficiente. Más allá de la polémica por la
propuesta, se trata de un anuncio histórico. Por BBC Mundo - 27/02/2012 - 10:16
La decisión de la guerrilla de
las FARC de liberar a 10 integrantes de la Fuerza Pública colombiana que
mantenían privados de la libertad hace 14 años y el fin de los secuestros
extorsivos produjo reacciones variopintas: la felicidad de los familiares de
quienes fueron plagiados, la cautela del gobierno y la clase política y las
interrogantes sobre lo que puede significar este histórico paso en una guerra
que ya completa cuatro décadas.
El alborozo de los familiares es
inocultable: "Ya no veo a mis viejitos (los padres de los militares y
policías secuestrados) llorando de dolor. Ahora, los veo llorando de
felicidad", dijo Marleny Orjuela, la mujer que durante años ha luchado por
la liberación de estos secuestrados y que fue escogida por las FARC para
recibir a los que podrían ser los últimos hombres en estar encadenados en las
selvas colombianas. Ampliación
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